En Chile, el cultivo del cerezo se extiende desde la Región de Coquimbo a Los Lagos, concentrando su producción entre las regiones de O´Higgins y Maule. La superficie cultivada de esta especie frutal se ha triplicado en los últimos 10 años, y, en consecuencia, se ha intensificado también la competitividad del rubro en cuanto a tecnologías, capacidades y prácticas culturales. Es en este contexto, que dentro del manejo agronómico del cerezo se han ido adquiriendo nuevas prácticas a fin de manejar de manera óptima los factores que determinan el rendimiento y la calidad de la fruta.
El uso de carpas ha significado un repunte económico sustancial en los agricultores que han adoptado dicha tecnología, en concordancia con lo reportado por investigaciones realizadas tanto a nivel nacional como internacional. El aumento del tamaño de la fruta, la reducción de la incidencia de fruta con partidura, la disminución de enfermedades en el periodo previo a cosecha y,en ciertas variedades, la concentración de la cosecha, son algunas de las ventajas que se han observado. Sin embargo, se debe siempre tener en cuenta que, si bien el uso de cubiertas podrá aportar para un resultado satisfactorio, este estará dado por un conjunto de factores entre los cuales se también se cuentan las condiciones edáficas, climáticas y la combinación variedad-portainjerto utilizada.
A pesar de las ventajas que entrega este sistema, actualmente se han reportado problemas asociados a la calidad de la fruta, los cuales han sido detectados por las exportadoras y se han manifestado también en estudios llevados a cabo por el Centro de Evaluación Rosario, CER. Entre estos se cuentan:
- Pérdida de firmeza (variable importante para asegurar una buena presentación al cliente de los mercados de destino).
- Disminución de la concentración de sólidos solubles.
- Retraso en la coloración de la fruta.
- Aumento de la incidencia de pudriciones.
- Problemas de condición de la fruta luego del almacenaje en frío, como mayor incidencia de pitting, deshidratación de la piel de la fruta e incremento de pedicelos desprendidos.
Las causas de esta problemática no están claras, sin embargo, existe un denominador común que acentúa estas desventajas productivas: el uso permanente de cubiertas desde salidas del receso hasta cosecha. La modificación de las condiciones ambientales bajo las cubiertas tiene implicancias directas sobre las respuestas fisiológicas de la planta y, por consiguiente, sobre la expresión vegetativa y la calidad de la fruta.
El desafío es ahora definir un nuevo protocolo de manejo para cultivos de cerezas bajo cubiertas plásticas o determinar en qué medida ajustar el manejo ya existente para cultivos expuestos al aire libre.
Por Valentina Vesely